Cuando se produce un aumento significativo de temperaturas tal, que afecta a los mecanismos de regulación de la temperatura corporal y puede llegar a provocar consecuencias graves para la salud, hablamos de OLA DE CALOR.
Pues bien, la temperatura de disparo a partir de la cual se avisa a la población de este riesgo son 36,5ºC. A estas alturas los residentes en Madrid podemos empezar a hablar de un tsunami ardiente más que de una ola de calor.